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Enfoque cognitivo-conductual para tratar la obesidad: ensayo clínico aleatorizado

Nuestro objetivo fue analizar y comparar los efectos de tres tratamientos diferentes a largo plazo sobre los perfiles antropométricos, las conductas alimentarias, los niveles de ansiedad y depresión y la calidad de vida de grupos de adultos con obesidad.



Durante los últimos 50 años, la prevalencia de la obesidad ha aumentado en todo el mundo hasta proporciones pandémicas (1). Está cada vez más relacionado con altos niveles de morbilidad y mortalidad en enfermedades asociadas (2).

En Brasil, como en muchos países, los tratamientos para personas obesas que enfrentan las consecuencias de la condición representan un gasto enorme para el sistema de salud. Los costos de los procedimientos asociados con el sobrepeso y la obesidad en Brasil se estiman en 2,1 mil millones de dólares por año (3).

Un metaanálisis reciente (4) que examinó la prevalencia mundial de intentos de controlar el peso (72 estudios; n = 1,189,942) mostró que el 42% de la población general de adultos estaba tratando de perder peso y el 23% estaba tratando de mantener su peso. peso (5).

El paradigma más comúnmente aceptado en relación con la pérdida de peso ha sido que el desequilibrio entre la ingesta alimentaria y la actividad física es la principal causa de sobrepeso y obesidad. Sin embargo, esta simple visión no tiene en cuenta muchos otros factores relacionados con el problema, como la influencia del estilo de vida moderno que estimula la sobrealimentación o el papel del tejido adiposo en la homeostasis corporal y el equilibrio energético. Estas complejidades impiden un enfoque reduccionista simple que a menudo resulta en programas de pérdida de peso ineficaces (6, 7).

Existe consenso en la literatura de que la etiología de la obesidad es bastante compleja, presentando un carácter multifactorial. Por lo tanto, involucra una variedad de factores, biológicos, psicosociales y de comportamiento, que incluyen la composición genética, el estatus socioeconómico y las influencias culturales (8).

Kolotkin y Andersen (9) informan que la obesidad tiene un impacto sustancial en la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) de una persona. En este contexto, la calidad de vida y las variables cognitivas son elementos importantes a considerar con respecto a resultados positivos duraderos en el tratamiento a largo plazo de la obesidad (10) (ver Tabla 1). Se ha demostrado que la terapia cognitivo-conductual (TCC) es la intervención más preferida para la obesidad entre las personas con sobrepeso (11), y es uno de los enfoques psicológicos más utilizados. Los pacientes se benefician enormemente de la TCC, ya que puede ayudar a mejorar las habilidades psicológicas, permitiendo el control de los estímulos y la reducción de las cantidades de alimentos consumidos. Aprender estrategias de modificación del comportamiento, como tomarse el tiempo para saborear la comida, masticar lentamente y lograr una mayor conciencia del placer de la comida que se asocia con el gusto, también puede ayudar a perder peso (5).

Referencias

1. Blüher M. Obesity: global epidemiology and pathogenesis. Nat Rev Endocrinol. (2019) 15:288–98. doi: 10.1038/s41574-019-0176-8

2. World Health Organization. Obesity and Overweight Fact Sheet. (2018).

3. Souza SA, Silva AB, Cavalcante UMB, Lima CMBL, Souza TC. Adult obesity in different countries: an analysis via beta regression models. Cadernos Saúde Públ. (2018) 34:e00161417. doi: 10.1590/0102-311x00161417

4. Jensen MD, Ryan DH, Apovian CM, Ard JD, Comuzzie AG, Donato KA, et al. 2013 AHA/ACC/TOS guideline for the management of overweight and obesity in adults. Circulation. (2014) 129:2985–3023.

5. Teixeira PJ, Marques MM. Health behavior change for obesity management. Obes Facts. (2017) 10:666–73. doi: 10.1159/000484933

 

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