En el Nutrition in Clinical Practice, de ASPEN, se publicó una revisión realizada por Hasan M. Al-Dorzi M.D. y Yaseen M. Arabi M.D., que tiene como objetivo evaluar la seguridad y eficacia de la nutrición enteral en pacientes críticamente enfermos que reciben oxigenación por membrana extracorpórea, posición prona e infusión de bloqueadores neuromusculares.
Los datos existentes de ensayos controlados aleatorios demuestran el beneficio de supervivencia de la nutrición enteral temprana en pacientes críticamente enfermos. Los datos de observación han demostrado que la nutrición enteral en pacientes que reciben oxigenación por membrana extracorpórea, posición en decúbito prono e infusión de bloqueadores neuromusculares es generalmente segura. Sin embargo, estos pacientes tienen un mayor riesgo de complicaciones gastrointestinales por la nutrición enteral debido a la disfunción gastrointestinal inducida por una enfermedad crítica; shock asociado; el uso concomitante de agentes vasopresores, sedantes y narcóticos; posiblemente compromiso circulatorio mesentérico; y regurgitación asociada con el decúbito prono.
Por tanto, la nutrición enteral precoz se recomienda generalmente en estos pacientes en ausencia de disfunción gastrointestinal grave o shock. Para reducir las complicaciones, se debe avanzar la nutrición temprana de manera gradual (alimentación trófica o subalimentación permisiva), la cama debe inclinarse hasta un máximo de 30 °, y se pueden considerar fórmulas nutricionales concentradas y el uso de procinéticos para tratar la intolerancia a la alimentación enteral. Los médicos deben estar atentos a la monitorización de los primeros signos de isquemia mesentérica aguda, que deberían llevar a suspender la alimentación enteral. La nutrición parenteral se puede utilizar en pacientes que no pueden recibir nutrición enteral o que no pueden alcanzar sus objetivos nutricionales al final de la primera semana.
